viernes, 25 de enero de 2008

La otra Luna

La otra luna

Un día vio en el cielo otra luna,
de ojos verdes y rostro de nieve,
a veces redonda y a veces cuna.

Una era de nariz chata y pequeña,
y la otra era desde su orgen nariguda,
suave como una pluma.

Una era triste y dejaba escapar estrellas,
y la otra, cansada de buscarla de noche,
le regalaba sonrisas cada vez que la veía..

Una es de naturaleza pálida,
leche tibia sobre negro cielo,
y la otra es morena,
cálida, salvaje y loba.

Curva se mantiene una desde que luce,
y ésta no tiene más desvío que la mirada,
que hace trasnochar al mar y
convierte en dulce el agua salada.

Ella responde por mi luna,
y si de noche su nombre susurras,
ella te quiña el ojo y
te regala blanca fortuna.








-¿Y esto?
-No sé, se me ha ocurrido.
-Durban, puedes poner lo que quieras, pero ¿no te parece un poco...?
-¿Un poco infantil? Sí, claro. ¿Cuándo empezamos la vuelta al mundo?
-Pronto Durban, muy pronto...

1 comentario:

Ponlo, dilo, grítalo, apunta, señala

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